domingo, 23 de agosto de 2020

Seis años después

 2:57 de la madrugada, domingo de agosto. Pandemia.

Este bendito año está siendo un discurso de la tierra para la humanidad. Y la mayoría no lo estamos escuchando... 

No, hombre, qué va. Estamos muy ocupados sobreviviendo. Económica, anímica y emocionalmente, para prestar atención.

Hace seis años escribí que había soltado la tan arraigada costumbre introspectiva y existencialista-filosófica, para volverme alguien más terrenal y gris.

Siento que es cierto. Y bueno, seis años después, con casi 35 años, siguen presentándose días en los que no estoy segura de cómo soy.

Por ejemplo hoy por fin confesé la falsa seguridad que demostraba en mis años universitarios... En realidad no sabía nada respecto a lo que iba a ser de mi vida, a pesar de, en aquel entonces, ya tenerla "hecha" (esposo, hija) ...

Y caray, ¡vaya que demostraba seguridad!

La verdad descansé al poder decir eso. Sacarlo de mi sistema. 

Hay días en que me AMO. Hay otros en que no me aguanto. Me he vuelto extremadamente criticona, mi nivel de sarcasmo a veces me sobrepasa... Y soy de las que trata siempre de ver las dos caras de la moneda, en cada situación... Pero no sé. A veces simplemente me harto yo misma... 

Quisiera dejar las redes un tiempo pero, bendito mundo,, soy maestra y las modalidades nuevas nos llevan por los caminos de las redes haha casi de forma inevitable, así que lo veo complicado. 

Una vez un compañero me dijo que se veía que yo era una persona contenida, que siempre parecía que tenía algo más que decir, que dejaba algo pendiente de hablar... Y creo que sí. En estos años he entendido la importancia de la comunicación asertiva, de saber hablarle a la gente. Saber medirte y todo eso. Pero esa asertividad también implica censura. Censuramos en cierta medida lo que queremos decir realmente, porque no queremos herir a nuestros seres amados. 

Censuramos para quedar bien, para conseguir cosas. Me harta esa apariencia que hay que guardar. Me harta ese tener que cuidar todo. Y, al mismo tiempo, soy partidaria de la idea de que la pura y llana sinceridad, también puede ser hiriente y problemática. 

Creo que ese es un ejemplo de mi principal embrollo mental actual. Tengo ideas y concepciones de mundo,, la vida, las cosas, la gente; que se contraponen totalmente. Eso es estresante y marea. Me han dicho que es porque soy empática y sé  ver las diferentes perspectivas (lo cual en parte creo que es cierto)... Sin embargo a veces también pienso que es por falta de convicciones propias, de sueños, metas que sean realmente motivadoras... 

No creo estar en extremo mal, sin embargo, hay días en que mi cerebro está demasiado Chernobyl. Y es ahí cuando no me soporto. Supongo que es parte de los estragos mentales de la cuarentena y el encierro la falta de rutina, etc. 

A veces, aunque estoy siempre acompañada mi mente está orbitando lugares inexistentes y malos, aunque esté muy ocupada y activa. Es decir, yo puedo estar pensando y reflexionando muchas cosas diferentes mientras estoy trapeando... No todas buenas, no todas a mi favor... 

Últimamente me he molestado mucho por cosas que,, si lo pienso, no son para tanto. Aunque como son repetitivas me molestan.. Últimamente no me siento sincera e incluso me siento sola. Me he dado cuenta de que no hay una persona a quien le tenga suficiente confianza como para hablarle de todo esto. 

Las personas cometemos el error de escuchar para responder. Todos. Cuando, la mayoría de las veces, solo queremos y necesitamos ser escuchados. Por eso, en ocasiones, muchos de nosotros preferimos pagarle a alguien para que nos escuche una hora a la semana, ya que ese es su trabajo. 

En mi mente y corazón, como en el de todos, hay días muy oscuros, otros muy buenos y otros normales -estos, en mi caso, son la mayoría-

Supongo que me ha tocado resucitar este blog en un día oscuro,, seis años después. 



Nota de la autora: seguiré aquí...